AMOR INCONDICIONAL...
El otro día estaba en el veterinario esperando para comprar unas cosas y asistí a otra pincelada de la crueldad y el poco interés que ciertas personas muestran por el reino animal. Una mujer cargada de joyas e insensibilidad hablaba con la veterinaria intentando explicarle que se había llevado a su madre a su casa, posiblemente algún chalet playero con vistas a la indolencia, y le era imposible encargarse de la perrita de unos 14 años que había dado su vida por aquella anciana sin demandar otra cosa que una caricia de vez en cuando. Hablaba y hablaba e intentaba explicar que ya era muy anciana (la perrita) y que su madre no se podía hacer cargo de ella. La única solución, una eutanasia rápida e incomprensible que la hiciese descansar de esa vida de la cual, el animal, no estaba cansado en absoluto. Yo la oía hablar y justificarse, mientras movía sus muñecas sonoras de pulseras y oros que intentaban distraer nuestra atención como si fuese un político enfrascado en recortes teñido