Mi Vida En Serie

Este fin de semana se ha llevado a cabo, a pesar de los millones de gritos y firmas en contra, la masacre de 10.000 perros en China en una supuesta "fiesta" en la que los torturan para luego comérselos. He leído por estas redes sociales comentarios alucinantes sobre este tema tales como "dejad que cada uno haga lo que quiera"... De repente se entran en debates sobre el comer carne y cosas así... cosa en la que no voy a entrar en estos momentos porque de lo que hablo ahora es del horror, de cosas que no comprendo y de gente que no entiendo... He leído el rechazo y entre ellos el mío, pero he de recordar que en este nuestro país se masacran diferentes razas de animales en supuestas "fiestas" de las que muchos y muchas están orgullosos. "Fiestas" sobre las que deberíamos agachar la cabeza y plantearnos lo prehistóricos y salvajes que podemos llegar a ser. Es verdad que otros países no se salvan... pero yo hablo del mío. Hablo de ese falso &qu

Ha sido la comidilla de la semana y yo he intentado mantenerme al margen. Pero no puedo. Ese espíritu defensor de las causas perdidas me puede. Pero es que algo huele muy mal y lleva oliendo desde hace años. Y voy y hablo de política. Y no quiero hablar pero no me dejan otra opción. Porque me mojo, porque no me importa, porque desde mi más tierna infancia he tenido que defender aquello por lo que creo y sé que he estado muy equivocado pero me gusta escuchar aunque me cierro ante los gritos y los "tú más"...   Y voy y pienso en que todos deberíamos de ceder de vez en cuando. De que hay villanos y héroes. Y villanos que se creen héroes y viceversa. No hay más. Porque si ves que te arrebatan el poder, ya que es lo único que te importa aunque intentes maquillarlo con abrazos a emigrantes y caras que nunca han roto un plato, te pones en guardia e intentas destrozar a quien sea. Da igual. Seas de derechas o izquierdas. Seas del quinto o del tercero. Lo haces. Porque si