Más allá de las melodías...
Creo que nos pasamos la vida evitando cosas que puedan romper nuestro sueño de cristal. Vamos por las calles taponando los oídos con músicas repetitivas, esas que usamos para que el camino se haga más corto, para alegra una mañana que (mira tú qué casualidad), nos ha regalado alguna tristeza que otra, para sentir que alguien nos acompaña durante esas inquietantes horas por llenar... Pero también diré que nos sirve de aliada en las alegrías, de aliciente en las esperanzas, de guinda en las ocasiones especiales... De una manera u otra, nos apartamos radicalmente de la sociedad que a nuestro alrededor tiene sus mismas alegrias, penas, ilusiones, esperanzas, anhelos... Muchas mañanas buscas sonrisas en aquel que ni siquiera te saluda en la escalera de casa y te preguntas qué ha ocurrido. Qué estamos haciendo con esta sociedad que maquillamos de ilusión pero de la que no me creo los gestos... Y ¿a qué viene esto?, os preguntaréis. Pues ayer por la mañana iba yo de camino a algun