AMOR DE MIGA DE PAN...
Igual os parece un título extraño, como de cuento y si lo pienso... me suena a cuento de esos con un final feliz... aunque el final acabe con una despedida... de esas despedidas tristes en la que los ojos se cierran y tan sólo queda una ausencia que toma volumen y peso... un peso difícil de soportar... Ellos se amaron, se amaron en lo que yo recuerdo... Los vi y los imaginé. Estuvieron siempre y me apoyaron. Es verdad que fueron sus hijas las que me rodearon con su cariño y sus hijas han sido el tesoro que con más amor han lanzado a este mundo. Si os cuento un secreto, cuando conocí a una de ellas en Zaragoza y poco a poco me fue trayendo la justificación de su eterna sonrisa, entendí que aún existen familias de esas que se quieren porque sí... que se quieren y se hacen de envidiar. Y yo las envidié y mucho. No tengo que mentir. Pero también os diré que me cautivaron y me adoptaron. No dudaron en hacerme parte de su familia y en que la vida fuese un poco más fácil cuando vi