AMOR DE MIGA DE PAN...
Igual os parece un título extraño, como de cuento y si lo pienso... me suena a cuento de esos con un final feliz... aunque el final acabe con una despedida... de esas despedidas tristes en la que los ojos se cierran y tan sólo queda una ausencia que toma volumen y peso... un peso difícil de soportar...
Ellos se amaron, se amaron en lo que yo recuerdo... Los vi y los imaginé. Estuvieron siempre y me apoyaron. Es verdad que fueron sus hijas las que me rodearon con su cariño y sus hijas han sido el tesoro que con más amor han lanzado a este mundo. Si os cuento un secreto, cuando conocí a una de ellas en Zaragoza y poco a poco me fue trayendo la justificación de su eterna sonrisa, entendí que aún existen familias de esas que se quieren porque sí... que se quieren y se hacen de envidiar. Y yo las envidié y mucho. No tengo que mentir. Pero también os diré que me cautivaron y me adoptaron. No dudaron en hacerme parte de su familia y en que la vida fuese un poco más fácil cuando vine a una ciudad en la que tendría que empezar de cero... con ellas, con ellos... conseguí empezar de seis...
Y Paquita era la madre... la madre de esas tres hijas que me cautivaron... Paquita que se llenó de vida... a la que le gustaban las manualidades y que decidió hacer figuritas con miga de pan... figuritas que a nosotros a veces nos servían de chiste y que ella enseñaba con orgullo... y que reconozco eran pequeñas obras de arte... Fue su amor de miga de pan... Porque yo, desde la distancia, siempre fui testigo de cómo construía, cómo mantenía a flote la vida, la alegría, ese amor incondicional... y a su lado siempre Rafa... con sus chistes, sus miradas cómplices, sus sonrisas ocultas en los ojos de un niño...
Y os lo juro... siempre puse a esa familia como el ejemplo de lo que debía de ser una familia feliz... aunque seguro que tras el telón de nuestras vidas tendrían sus problemas como todas, pero había cosas que no se podían ocultar y eran las miradas puras y las caricias sinceras...
Y un día Paquita se marchó. Yo me enteré de repente. A tiempo pasado. Porque hay cosas que tienen que ser así. Se fue con su amor de miga de pan y dejó a Rafa a la espera, sabiendo que quizás no tardaría mucho. Preparando esas nubes sobre las que ellos puede que hablasen... Eso yo no lo puedo saber... Se fue Paquita y dejó sonrisas de sobra. Como la madre que se marcha un tiempo y deja la nevera llena... Como la madre que sabe que tiene que mantener a sus retoños cubiertos de besos y mimos... aunque ya estén en la edad de hacer eso por sus propios hijos... son madres de miga de pan... madres que nacieron de sonrisas y no tienen otra justificación en su existencia... Paquita se fue entre guiños ocultos a su amor... a ese amor que guardó el secreto entre suspiros...
Y Rafa se ha marchado estos días... Me he enterado estando en Madrid. Sigo lejos de esta familia cuando ellos se marchan. Pero saben que los quiero. Que ese vínculo que nos une no hay nada que lo pueda romper, porque se unió a base de noches de sonrisas, de abrazos, de miradas, de confidencias... se unió porque venía de siglos pasados, porque nos hemos reconocido en el futuro... Y Rafa se ha marchado porque el amor de su vida ya le ha preparado el lecho de nubes... ese amor de miga de pan está horneado y todo huele a canela y a azúcar...
Porque hay familias que nacen del amor y hay que reconocerlas y hay que homenajearlas... hay familias que tan sólo piden sonrisas y abrazos... Y puede que esta pareja que ya descansa entre nubes de miga de pan, estará leyendo estas líneas y se agarrarán de la mano y sonreirán... y lanzarán susurros a sus hijas, a sus nietas... a sus nietos... a sus yernos... a la tía Tere que resulta que es un hada y nadie lo ha descubierto aún... Estarán ahí mirando y velando... porque tenía que ser así... y mientras tanto... yo sigo lejos pero tan cerca como me lo habéis permitido siempre...
Y os quiero... no lo olvidéis...
Gracias por avivar su presencia. Eran mis primos y aunque nos veíamos poco, sus miradas de complicidad familiar y su bien estar en la vida siempre formaran parte de mi vida. Aunque no te conozco, aquí está una amiga.
ResponderEliminarGracias a ti... también fueron muy especiales para mi... y su ausencia será sentida por muchísima gente... Un abrazo muy grande...
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