COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS DE SUEÑOS...
Estoy sentado frente a mi ordenador y mis dedos piden que plasme este sentimiento que me llena desde hace un par de semanas. El anuncio me llegó de repente. De esas veces en las que piensas que el destino te hace un guiño diciéndote que sí. Que hagas caso. Que tiene que ser así. Y era un anuncio sobre un taller de teatro que iba a impartir en Madrid Juan Carlos Rubio. Para quien no lo sepa (¿hay alguien?), es uno de los mejores dramaturgos de España. No es peloteo. Esto no va de eso. Es realidad. Lo he admirado desde que vi una de sus primeras obras y he seguido su trayectoria con avidez. Por lo tanto tenía que hacer caso de las señales y aprovechar la oportunidad. Serían dos semanas en Madrid. Podía estar bien. Pero fue mucho más allá. Los escritores vivimos sueños. Es complicado. Nos sentamos frente a una hoja de papel o la pantalla del ordenador y dejamos que nuestros dedos fluyan. Lo he dicho alguna que otra vez en el blog. Para mi es una esquizofrenia literaria