Temporada 2 - Episodio 1 "El Eternado"


Pasa de la medianoche, tumbado en mi sofá, con los ojos peleando por cerrarse y mi mente cabreada por tantas pausas publicitarias. Se empeñan en fastidiarnos los momentos más emocionantes con consejos sobre cómo nuestra ropa puede lucir el blanco más puro gracias a señoritas canosas del espacio que aparecen ante nuestra mirada más tranquila y acostumbrada, niños que se traen a un ejercito de amigos con la única finalidad de hacer sus necesidades en el baño de una madre sonriente y complacida o señoritas que consiguen que el estreñimiento sea cosa del pasado y se marcan un baile con meneo de cabeza incluido que no conocen ni los seguidores más acérrimos del más puro heavy metal. Pero ha llegado a su fin. "El internado" es cosa de la historia y, si se me permite decirlo, "¡Ya era hora!".

Así que apago la tele, dejo que la casa descanse y me voy a la cama. Y pienso. Pienso y recuerdo. Han sido cuatro años, cuatro años de algo que empezó con muchas expectativas y que ha terminado siendo un carrusel de sinsentidos. ¿Deberían haberle dado fin mucho antes? Yo opino que sí. Ya que ha ido agonizando poco a poco rebuscando situaciones que ya no nos creíamos. Y ante todo, me vienen a la mente los pasados "Archivos del Internado" con los cuales nos daban pistas del futuro por venir. Se supone que eran los personajes años después, hablando con la policía sobre todo aquello que había pasado. Que alguien me explique si tiene algún sentido que tanto Carol, como Roque, como Elsa, Fermín o, para más cachondeo, Héctor en una silla de ruedas, nos hablen compungidos de los horrores por los que han pasado y lo hagan vivitos y coleando. Quizás me he perdido algo y sus fantasmas vuelven en futuras temporadas para desenmarañar misterios que aún desconocemos y Hector, el único que sobrevive pero al que, probablemente, tras salir del internado sería abatido por un meteorito perdido que le llevaría a esa silla de ruedas que nos tiene robado el sueño.

Pero olvidemos la circunstancia de que Carol, Ana de Armas,  abandonó la serie para probar suerte en las Américas (aunque vuelve a nosotros con la serie Hispania, para quién aún no se haya enterado) y que obligó a los guionistas a que Roque se convirtiese en un malo desustanciaó, como dicen en mi tierra, y tuviese que tirarla por un balcón, enterrarla viva y luego hacerle pasar por una agonía nocturna para morir en los brazos de su amado (Oh... Carol... cómo se mosquearon contigo los dueños del serial para hacerte pasar por todo eso en lugar de mandarte de vuelta con tu familia y poder tomar el sol en la playa acompañada por cuatro o cinco mojitos). Tengo la sensación de que este imprevisto trastornó a los creativos y decidieron lanzar un virus maligno a todo ser vivo, cargándose   aquel que no estuviese de acuerdo. Menos mal, que había una máquina mágica que con su luz lo arreglaba todo (de todos es sabido que esas máquinas están a disposición de cualquier persona en la sala de urgencias de su ciudad) y era capaz de curar a 400 personas en un tiempo record y con un generador que aparece intacto entre los escombros  y que no ha perdido una gota de su potencia... (pero si la batería de mi portátil se desgasta con sólo no usarlo tres días).

Pero tenían que acabar de una vez y ya daba igual quién se salvaba y quién moría (no os perdonaré lo de  Elsa, creo que es la única que me apetecía que saliese airosa del incidente), así que resolvieron todo deprisa y corriendo y nos sorprendieron con un Héctor encerrado entre paredes derrumbadas y que no ha sufrido ni un rasguño, al que no le crece la barba con el paso de los días (a mi, sinceramente, tres o cuatro días sin retoque no me deja una barba tan coqueta como la del muchacho en cuestión) y que se debe alimentar con piedras de cemento azul y otros manjares que la oscuridad le presente. 

Así que no, no me lo creo. Me gustó la evolución de los comienzos, la innovación, lo cómico de las pequeñajas  y sus chiquilladas. Pero en un punto determinado se os fue de las manos y,  reconozco, que la he seguido capítulo a capítulo y que igualmente he disfrutado, pero pienso que la dejaron agonizar, igual que a Carol. La enterraron viva y la exprimieron sin compasión, intentado engancharnos a lo que ya no tenía sentido. Consiguieron mis lágrimas con la historia de amor de Julia e Iván y me hicieron reír Paula y Evelyn, pero ya está. Mi modesta opinión es deberíais haber sabido cuando era el momento, cuando darle un entierro digno, sin sustos de última hora ni resoluciones dignas de una galaxia muy, muy lejana...

De todas maneras, gracias por el intento, gracias por los buenos momentos, gracias por los descubrimientos, por los actores y actrices que el colegio ha parido y que nos darán muchas alegrías, o muchos disgustos.  Hasta entonces, descanse en paz.

Comentarios

  1. Hombre, yo creo que han terminado porque Iván y los de su quinta no podían continuar con sus estudios en ese centro... ¡si ya eran los mayores cuando empezaron! No les han debido de autorizar como centro universitario, y a este paso iban a parecer los de la tuna.

    A pesar de eso, la serie me gustaba mucho, me tenía enganchada. Eso sí, no mandaría a un sobrino a un internado, visto lo visto.

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  2. Tranquilo al final se infectan todos los que están fuera del recinto, o cómo se entiende que Rebeca que está infectada,y en poder de los militares cuando ponen en marcha la máquina, pueda salvarse si queman el artilugio en el colegio y ella no pasa por el mismo?????.

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  3. Yo dejé de verla por lo larga que la hicieron

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