MI ESQUIZOFRENIA LITERARIA
Hay momentos, muchos, en los que quieres escribir y no sabes lo que poner. Afortunadamente (creo) yo tengo una especie de ser interior que agarra mis dedos y los mueve a su antojo. Y empiezan a salir cosas que, quizás, ni siquiera yo estoy pensando. Lo he llamado muchas veces "esquizofrenia literaria". Supongo que no será invención mía y que muchos (o unos pocos) lo habrán bautizado ya, pero bueno, me tomo la libertad de agenciármelo en estos momentos.
Hace bastante que no publico nada en el blog. No es por falta de ganas, es más bien por falta de empeño. Estoy con varios proyectos a la vez y llega un momento en el que tienes un cruce de ideas tan espectacular que no sabes si podrás formar un párrafo coherente en el blog. Pero aquí estoy. Conforme pasan los días apunto temas sobre los que me gustaría hablar... bueno, digamos que los apunto en mi mente y, con esa memoria de pez (esto no es mío) que me caracteriza, pues pasa a ese lugar en el que descansan las ideas olvidadas. Si alguien tiene la llave, por favor, que me la mande porque cientos de esas ideas permanecen allí, con los ojitos entreabiertos, asustadas, sin comprender cómo las he abandonado de esa manera tan atroz.
La televisión. No sé si voy a decir que ha cambiado con el paso de los años, si hoy es peor o mejor, si hay más o menos sensibilidad, pero sí que sé que ahora muy a menudo cojo el mando y le doy al botón de apagado y me quedo más ancho que largo (por cierto, ¿cómo se puede uno quedar más ancho que largo?). Eso me ocurrió con la historia de Ruth y José, cuando vi cómo los programas paseaban huesos y dientes de unos supuestos niños como si fuesen expositores de teletienda. Me daba tanta pena por la familia. Me intento poner en su lugar y me parece vergonzoso el que sepas que los restos de esos niños han ido paseando de un lugar a otro sin ningún tipo de decoro. Sencillamente esos programas desean audiencia y llenar sus bolsillos, sin pensar en el dolor, en el daño... Y no me hablen de periodismo, de que el público necesita saber... (puede que necesite saber, pero seguramente hay cosas que no necesita "ver"). Y estos últimos días ocurre lo Madrid Arena y nos agotan con momentos en los que la palabra "aplastamiento" se utiliza sin pensar en el dolor... Veo a un chico que habla de despedidas de una chica antes de morir, cuyas últimas palabras eran más o menos "dile a mi padre que le quiero". Una y otra vez. Una y otra vez... Y apago la tele. Y me dan ganas de no encenderla más... Pero lo hago y voy pasando de un canal a otro. De repente me asalta un programa en el que los colaboradores se atacan unos a otros. Se insultan. Se gritan. Encuentro tiranos vestidos con una clase que paga la audiencia. Y esa audiencia es cada vez mayor. Y me pregunto, como siempre lo hago, "¿qué nos está pasando? ¿A dónde nos dirigimos?"
Dicen que en diciembre según el calendario maya es el fin del mundo. Afortunadamente eso no va a ocurrir. Me convence más la idea de que el cambio será espiritual. Que algo bueno nos va a ocurrir. Que la maldad está saliendo al aire, que los corruptos están siendo conocidos y que el año que viene empezaremos de cero... Me gusta pensar en eso. Soy capaz de aceptar que todos los males que hemos pasados son necesarios para todo lo bueno que viene...
Pero no creo que, pase lo que pase, los telediarios dejen de regodearse con noticias escabrosas, con imagenes reales de muertos, huesos, aplastamientos... No creo que los colaboradores dejen de pelearse, de gritarse, de insultarse, de polígrafos que, presuntamente, necesitarían un polígrafo de polígrafos... De lucha por audiencias, cueste lo que cueste... La tele continuará igual y eso que yo, ya lo sabéis, parte de mi trabajo va dirigido a la televisión... pero eso no quiere decir que todo me parezca bien... eso no quiere decir que tenga que aprobar aquello que ni siquiera se merece un suspenso...
Y mis dedos han hablado por su cuenta. Ni siquiera he pensado lo que he dicho y voy a leerlo otra vez e igual me asusto de lo que esa "esquizofrenia literaria" hace conmigo...
No sé si estaréis un poquito de acuerdo conmigo. Igual sí, igual no... Sigamos pensando en positivo. Sigamos escuchando el silencio. Ese que no sabe de malas noticias, ni de gritos, ni de audiencias. Miremos al cielo. Enmarquémoslo con nuestras manos, como si viésemos un cuadro. Apartemos antenas, tejados, aviones, nada que no sean nubes que quizás nos traigan lluvia, que quizás nos traigan recuerdos de infancia. Miremos a traves de nuestras manos aquello que no nos haga daño y pensemos en los momentos en los que nuestro abuelo nos hacía apagar el telediario cuando ponían una noticia escabrosa mientras decía "es que no respetan ni la comida, joder". Y ese "joder" lo decía con rabia, con asco, transmitiéndonos el rechazo a todo lo que era innecesario. Si mi abuelo viviese ahora, estoy seguro de que no vería la tele. Seguiría con sus largos paseos por el pasillo... esos paseos de cuadros y papeles pintados... que se convertían en kilómetros y era su principal ejercicio del que tan orgulloso estaba. Mi abuelo, creo, fue el primero que inventó la cinta de correr o de andar. Utilizó el largo pasillo de su casa para recorrer kilómetros y, de repente, te lo encontrabas por una esquina de la casa con la mirada perdida en un supuesto bosque o quizás el mar...
Mientras tanto, vivamos el ahora, es lo único que tenemos... El pasado ya no está... el futuro ni siquiera está inventado...
Totalmente de acuerdo... El remedio... Seriear, peliculear, hablar con nuestros familiares y meternos en otro mundo, aunque sea una burbuja de cristal de mentira, pero por lo menos no vemos toda la basura que abunda en nuestra televisión...
ResponderEliminarDemasiada mala información, todo lo que vemos es malo, guerras, crisis, enfermedades, falta de sensibilidad y muchas... se habla de cualquier cosa sin pensar en las familias, se habla demasiado de enfermedades quitando a los enfermos y sus familias la oportunidad de ocultar lo que le quieran ocultar al enfermo o a ellos mismos y luego llegan los programas frívolos que, cada dia son más, lo único que hacen es hablar de frivolidades y que se retroalimentan de sus mismos contertulios para matar las horas con el mínimo desembolso. No sería mejor hacer tertulias con la familia o amigos, tomarse unas cañas y hablar de tu a tu, en fin, que te felicito por tus escritos que me encantan.
ResponderEliminarMuy interesante blog. Estoy de acuerdo, la televisión nos muestra la verdadera decadencia del mundo que vivimos. Escribes maravillosamente. Felicitaciones de la Sociedad Argentina de Escritores filial Villa María- Córdoba. Saludos cordiales.
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