PUNTOS SUSPENSIVOS
AHORA.
Qué palabra, ¿verdad? Ahora. A veces da un poco de vértigo. Si la miras fijamente y te concentras mucho... empieza a tomar forma, una forma cargada de segundos, cargada de momentos... AHORA. Así, en mayúsculas, porque tiene más fuerza... Y ese ahora, ya no es el de antes... Ese ya ha pasado e inventamos otro nuevo.. (o nos inventa a nosotros). Y en estos momentos, mientras lees esto, no hay nada más... Quizás estés en silencio. Igual la vida se llena de ruidos, pero AHORA no hay nada más... y eso me gusta... Recuerdo una época de esas en las que nada tiene sentido o tiene tanto que eres incapaz de verlo y te empiezas a deprimir. La presencia, esa de la que he hablado tanto, se ríe de ti y te dice que vais a estar mucho tiempo juntos, que te acostumbres a la oscuridad que esconde la luz... Te sientes triste y, a veces, hasta te encuentras a gusto. Pues en esos momentos la maravillosa Ana Milán me dijo: "Javier, haz el favor de levantarte y si no lo tienes, compra 'El Poder del Ahora'..." Ella siempre tiene las frases adecuadas y con su fuerza te hace reaccionar. Casualmente yo tenía ese libro. Sí, de esos momentos en la vida que empiezas a comprar autoayudas con la esperanza de que te den el paradero del Vellocino de Oro. En aquellos momentos le eché un vistazo y no quise entender nada. No era el momento. Lo coloqué en un lugar de mi estantería de libros olvidados y, de hecho, lo olvidé. Pero en aquellos momentos en los que Ana me dijo eso, vino a mi memoria el libro amarillo, con letras grandes que me había negado a entender. Me reencontré con él y lo leí. Reconozco que devoré las páginas. Era el momento. Me estaba diciendo cosas que ya entendía. Pero me quedé con una en particular. Una que me ha servido y me sirve menos cuando me olvido y la vida se empeña en recordar (ocurre bastante a menudo, lo reconozco, pero consigo pelear cada vez más). Como decía, supe que el AHORA no sabe de pasado ni de futuro. Y es verdad. Si somos conscientes de lo que ocurre en este mismo momento... si no dejamos pasar el sonido de un pájaro que ya no volverá... si somos capaces de mirar la vida que vive en nosotros... pues entonces estamos en el AHORA. Ese que no sabe de problemas, porque están en el pasado y en el futuro, pero que ahora, que estamos leyendo esto, por ejemplo, se quedan aparcados durante un instante. Vale, es verdad, los problemas siguen ahí y algunos muy graves. Es lo que yo pensé ante todas estas ideas románticas de la felicidad. Y es que la felicidad no puede ser eterna ni constante... Qué horror... No entiendo a la gente que dice que sólo se queda con lo bueno de la vida... NO... perdón... No... Creo que hay que quedarse con lo bueno y con lo malo. Los contrastes son necesarios. Ambos lados nos hacen valorar una y otra parte. Hay mucho bueno en la vida y mucho malo... Pero los dos son necesarios... No voy a entrar en comparaciones de que la luz sin la oscuridad no podría existir y bla, bla, bla... pero creo que me entendéis.
A mi, hace un par de años, me ocurrió una cosa que me hizo ver la vida de otra forma... Hay acontecimientos que te enseñan que estamos aquí lo que dura un suspiro y que los años pasan a una velocidad que da miedo... Pero estamos aquí... AHORA estamos aquí.. No sabemos lo que ocurrirá dentro de cinco minutos... nadie lo sabe... Ni siquiera esas señoras que en la tele nos dicen que si llamamos en los próximos minutos tendremos un vidente para nosotros siempre y cuando tengamos la Visa a mano.
Así que hay que disfrutar la vida... Si, incluso lo malo, porque eso malo siempre tiene oculto algo bueno... Os lo juro, es así... aunque parezca increíble... A veces tiene que pasar mucho tiempo para que reconozcas aquello que tenía oculto, pero lo tiene, siempre y cuando seas capaz de verlo... siempre y cuando quieras realmente verlo...
Os cuento algo especial... a mi, creo que ya sabéis, la vida se me llena con la escritura. Cuando escribo mis dedos toman vida propia y espantan cualquier fantasma que intente hacerme perder el hilo de mis sensaciones. Escribo y escribo y el mundo se para. Pues recuerdo momentos, instantes, segundos... esos en los que paras, tomas aire y de repente piensas "Soy tremendamente feliz" Es una felicidad aplastante. Te llena el alma... te hincha los pulmones de dicha y no sabes si reír o llorar. En esos momentos todo tiene significado... En esos momentos te has olvidado del pasado y el futuro. Estás viviendo ese momento. Y eres feliz. Porque no hay nada más... Pero ese instante dura lo que dura un parpadeo... Y de repente se esfuma... Vuelves a ser secuestrado por la vida.. esa que se nutre de recuerdos y deseos de futuro... Esa que te obliga a acariciar la insatisfacción... y el segundo de felicidad que tuviste, empieza a ser un sueño que se marcha de puntillas y suplicas que algo de él se quede... Pero se va... dejándote la seguridad de que existe... que somos capaces de ser plenamente felices.. durante 1 segundo, un minuto, una hora... depende de nosotros. Sé que podemos hacerlo siempre y cuando sepamos que todo ocurre por algo, que todo está por algo, que la propia tristeza es el alimento de la felicidad y van una de la mano de la otra.
Una vez me dijeron que soy el hombre de los puntos suspensivos. Me salen sin poder evitarlo. Pienso que es porque dejo la vida en suspenso... así, para que cualquiera que me lea, que me viva, rellene esos puntos con lo que desee decir... que los puntos suspensivos le hagan pensar durante un segundo. Quizás, esos puntitos, esos tres puntitos, son lo que dura la felicidad... lo que dura la VERDADERA felicidad...
Así que os los regalo. Rellenadlos con vuestros deseos...
Hay personas negativas que tiran para atrás. Otras que atraen como un imán con su optimismo y fuerza vital. Adivina dónde estás tú... (yo tb abuso de los puntos suspensivos :)). Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios y en especial a Patricia que siempre deja sus pensamientos y alegra este blog....
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