LAS MADRES... MI MADRE...
Hoy es el día de la madre... como cada año pienso en ella con la misma fuerza que lo hago todos los días... Podría remitirme a las diferentes entradas que he hecho sobre ella pero hoy creo que quiero (necesito) hablar más de ella, para que la conozcáis un poco más, para que sepáis lo mucho que se quedó por entregar al mundo...
Mi madre se marchó de mi lado, de nuestro lado, un día de junio del año 91. Se fue en silencio... ese silencio que tan sólo conocen aquellos que van a traspasar una puerta... una puerta que les traerá la certeza de que todo continúa o la incógnita de empezar una nueva vida más allá de la muerte. Me gusta pensar que sigue en un universo paralelo, recordando que tuvo un hijo, sintiendo la esencia que deja el vínculo que nunca se puede romper. Me gusta imaginarla comiendo esa langosta que nunca saboreó o visitando esa Sevilla que se le fue de las manos. Porque aunque yo no crea en cielos ni infiernos, si que siento que hay algo más allá de mi entendimiento y que pelea por sobrevivir... una esencia que es sabia, una esencia que perdura en el aire y hace que la vida siga.
Y es el día de la madre y pienso en las madres... en lo difícil que es y el lo gratificante que debe de ser. Porque nosotros los hijos no se lo ponemos fácil y quizás te das cuenta de ello cuando pasan los años, cuando ellas se han marchado, cuando ya no están. Porque nos gusta echar culpas de nuestros errores, nos gusta echar culpas de todo aquello que no deseamos reconocer. Y mientras tanto, hay un manual de la Buena Madre que se escribe día a día y que ellas intentan descifrar. Y los hijos seguimos peleando por no comprender y exigir nuestra vida... esa que se nos regaló, esa que regalaremos en un futuro. Y las madres desarrollan ese amor incondicional que puede llegar a ser obsesivo.. un amor inagotable que intenta protegerte y que, en ocasiones, se puede convertir en una carga.. una carga que no entiendes hasta que ya puede que sea demasiado tarde. Porque es difícil... y las madres lo entenderán porque, de alguna manera, viví ese amor cargado de desesperación, ese amor que se cargaba de soledad, de una soledad que ella no había buscado. Porque esas madres que han renunciado al amor de pareja, se cobijan en el otro amor, el amor de los hijos y vuelves a pelear, pelear por estar a la altura, pelear por seguir adelante sin dejar nada atrás... y es complicado... y un buen día tu madre se marcha, porque quizás lo ha elegido, porque escribió su destino. Tu madre se va y se despide con una sonrisa más allá de la inconsciencia, de ese coma en del que ya no quiere salir. Y te preguntas si pudiste hacer más... si fue suficiente. Y tu entorno te convence de que jamás la abandonaste, de que fuiste el mejor de los hijos... pero tú nunca estarás seguro, porque el futuro es juguetón y se enreda en los recuerdos, los cambia, los deforma y, si eres capaz de ello, puede incluso mejorarlos.
Y hoy es el día de la madre y quiero pensar que en ese universo paralelo, en ese universo en el que hay una Sevilla repleta de langostas, mi madre siente una brisa que la rodea, un olor que le recuerda a su casa de Zaragoza, a sus noches de risas, a sus paseos conmigo por las calles de mi ciudad, sus eternas conversaciones con sus decenas de amigas que buscaban algún que otro consejo que siempre llegaba... Quiero imaginarla incluso leyendo esto... Leyendo los pensamientos de un escritor que habla de las madres, sin saber que es su hijo, que es su hijo que la echa de menos cada día, que sabe que siempre se quedaron muchos abrazos por dar, muchos besos por regalar y que se los dedico cada día en mis palabras, en mis historias, en mis sueños... Que todo lo que hay en mi última novela habla de ella... que quizás haya llegado a sus manos la novela y se reconozca sin reconocerse... Quiero pensar todo eso... y si lo estuviese leyendo allá desde el otro mundo, le diría...:
Hola mamá...
Hoy es tu día y aquella mañana en la que te fuiste se me perdieron muchos abrazos... muchas risas que ya no pudiste tener. Recuerdo tu pelea por volver a la consciencia durante unos segundos... tu mirada directa a mi corazón y la media sonrisa que decía "adiós"... Sé que de alguna manera sigues mi camino y te enorgulleces de un hijo que ni siquiera sabes que es tuyo... aunque quiero pensar que en esa otra vida a la que vamos, a la que imaginamos, nos dejan posos del pasado, sensaciones que van más allá de lo comprensible y que sientes que estas palabras son para ti... sólo para ti... Porque hoy en día peleo porque la gente comience a perdonar y a perdonarse. Que dejemos de echar culpas a la infancia y a los padres... que vosotros lo hicisteis como pudisteis... que yo soy responsable de mi evolución y de no haberme conformado con todos esos traumas que me hicieron desgraciado. Que vosotros no tuvisteis la suerte de poder sanar aquello que os hacía daño. Que no viví vuestro pasado, ese que os hizo como os hizo. Porque los hijos estamos demasiado ocupados en echar culpas y buscar creadores de obstáculos. Y hoy... doy gracias a cómo me criaste.. tanto tú como papá... ese padre cuya imagen se fue borrando a base de dolor y reproches, pero que hoy (gracias incluso a ti) vuelve desde el otro lado y me demuestra que también lo intentó... que lo intentó aunque no supo cómo... Y hoy... aprovecho todo lo que he aprendido para sanar vuestro dolor y hacer partícipe al mundo... porque todos somos culpables de los errores y si perdonamos y nos perdonamos, se pueden rehacer los recuerdos, se puede olvidar el daño...
Y hay gente que me escucha, que me lee, que me comprende. Hay gente que me escribe y me pide consejo. Y me siento especial, siempre dentro de una humildad que jamás creí llegaría a tener... Porque hoy es tu día y es el día de todas las madres que tienen miedo de no llegar a serlo, pero que tienen que estar tranquilas porque son un milagro, fuiste y eres un milagro que me hizo estar aquí y encontrar mi razón de ser.
Y te quiero, mamá... en el pasado no nos lo decíamos porque ese pasado no sabía de muestras de cariño.... pero yo he aprendido a demostrar y a que no debemos dejar los sentimientos, los abrazos, las caricias... no debemos dejarlas porque mañana puede (es) ser demasiado tarde..."
Y quiero pensar que lo ha leído... quiero pensar que en estos momentos hay alguien que no sabe que su hijo sigue por aquí e intenta protegerla mientras es protegido... y si aceptáis este humilde consejo mirad a vuestras madres y dadles un abrazo, pero de esos de verdad, de esos abrazos que saben a confianza, a conexión, a pasado, a futuro... Dadle un abrazo y decidle que la queréis... aunque cueste porque hay palabras que cuesta decir (extrañamente) y que sea el regalo que esperan, el sentir que aunque no tengan ese Manual, son madres... con sus defectos, con sus virtudes, porque nadie les enseñó y nadie les preguntó. Decidles que las queréis y que puede que dentro de mucho les mandéis mensajes desde otro universo y, aunque no sepan o recuerden que un día tuvieron a ese hijo o hija, notarán un amor tan especial y bello que sabrán que en el pasado algo hicieron bien... que cumplieron su cometido y ya... podrán seguir adelante y cuando se crucen por la calle unos ojos que se reconocen, se cerrará el círculo y la vida volverá a ser bella...
FELIZ DÍA A TODAS LAS MADRES... FELIZ DIA A MI MADRE...
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