BUENA SUERTE... MALA SUERTE...



Esta mañana estaba hablando con mi amigo el escritor Gabriel Barrios y le he mencionado una fábula oriental que me contaron hace tiempo. De esas que supones inventadas pero que para ti se cargan de una verdad infinita. Gabriel me ha dicho que se la contase pero era una de esas conversaciones por whatsapp y no era el sitio adecuado. Me negaba a llenar esa maravilla de relato de emoticonos con sevillanas u otra cosa peor. 

Así que le he dicho:

-Mira Gabriel, casi que la voy a escribir en el blog y luego la lees tranquilamente y el resto de lectores podrá hacer lo  mismo. Así que ahí va un pellizco de algo que me hizo ver la vida de otra manera distinta...

"Cuenta la leyenda que un granjero se encontraba haciendo sus trabajos diarios en el campo cuando de repente apareció frente a él un caballo. Era impresionante. Negro como el azabache y con un porte majestuoso que le dejó sin habla. Era un granjero humilde que vivía con su hijo y su mujer. Había días en los que les costaba llevarse un plato de comida caliente al estómago. Pero aceptaba su vida porque era la que le había tocado. 

Y el caballo se acercó a él. Cuando lo miró mejor se dio cuenta de que estaba herido. Cojeaba de una pata e incluso tenía heridas en el lomo. Así que lo curó con cariño y compartió con él la poca comida que tenía. Sus vecinos, al ver lo que había aparecido en su vida le dijeron:

-Qué suerte ha tenido usted. Menudo ejemplar...

A lo que el granjero respondió:

-Buena suerte... mala suerte, nunca se sabe.

Y continuó con su vida. El caballo mejoró muy rápido y un buen día decidió escapar. De una coz rompió la puerta y huyó hacia el bosque. El granjero vio esto con pena y se dedicó a arreglar los desperfectos mientras los vecinos le decían:

-Qué mala suerte ha tenido, amigo granjero.

Y él les respondió:

-Buena suerte, mala suerte... nunca se sabe.

Pasó una semana y una mañana escuchó un sonido que venía hacia su granja. Tanto su hijo, como su mujer y él mismo salieron al porche y vieron una manada de diez caballos que venía hacia la granja. Delante de ellos venía aquel caballo que él curo con amor y esmero. Resulta que había ido a contarles a sus compañeros que un granjero les cuidaría como merecían y él quería devolverle el favor.

Los vecinos al ver semejante cantidad de ejemplares en la granja dijeron:

-Vecino, qué suerte ha tenido

A lo que el granjero volvió a replicar:

-Buena suerte, mala suerte... nunca se sabe.

Días después el hijo del granjero decidió que quería domar al caballo que vino al principio. Pero era un caballo salvaje por lo que el muchacho terminó con dos piernas rotas y un brazo dislocado. Los vecinos supieron de semejante desgracia y corrieron a consolar al granjero.

-Qué mala suerte, amigo granjero...

Y él, nuevamente, dijo:

-Buena suerte, mala suerte... nunca se sabe.

Y así quedó la cosa. A la semana siguiente se desató una guerra en la región. Iba a ser a vida o muerte y los militares acudieron casa por casa a reclutar jóvenes para las tropas. Cuando llegaron a casa del granjero se encontraron con el hijo envuelto en vendas y cabestrillos por lo que lo liberaron del horror de tener que ir a una guerra. Y los vecinos se pusieron muy alegres y corrieron a felicitar al granjero:

-Amigo, qué buena suerte han tenido...

Y el granjero replicó de nuevo:

-Buena suerte, mala suerte... nunca se sabe.

Un niño que había escuchado esa frase una y otra vez, le preguntó:

-Señor.. ¿por qué siempre dice que buena suerte o mala suerte... que nunca se sabe?

El granjero cogió al niño en brazos y sonrió.

-Pues porque en esta vida no sabes jamás qué te va a traer el destino. Que las cosas peores en tu día a día puede que sean necesarias para que algo bueno se produzca. Y a veces las cosas muy buenas, son el desenlace de cosas terribles... Pero al final, todo es parte de esa vida nuestra y debemos de aceptarla y quedarnos con la enseñanza que intenta transmitirnos" 

Y esa es la historia más o menos que me contaron. Yo llevo mucho tiempo viviendo esa fábula aún sin saberlo. Porque acepto tanto lo bueno como lo malo. Porque he aprendido que incluso lo peor que te puede pasar en la vida tiene su parte positiva. Tan sólo hay que saber dónde mirar. 

Espero que os sirva tanto como a mi... 

Por cierto... Os he hablado de mi amigo el escritor Gabriel Barrios. Tiene un blog fascinante que quiero compartir con vosotros y vosotras si deseáis leer ese sentimiento que sale directo del alma. Pinchad en http://lavidaenelvalle.blogspot.com.es/ y comenzad a disfrutar de él...

Comentarios

  1. muuuuy buenas!!
    LLebo bastante tiempo sin pasar por aqui..
    Veo que conseguiste una pag web. Cuando termine de escribir este comentario, entrare a golisquear :)
    ¿Que te parece una visitita por mi blogger?
    Echale un vistazo a mis versos de jarabe.
    Te espero por gusanitosvoladores.blogspot.com

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