LA FELICIDAD






¿Cuántas veces pensáis en la felicidad? La nombramos mucho, incluso mucha gente se atreve a decir "Soy Feliz". Seguramente es cierto, o puede que no... La verdad es que podemos ser felices durante minutos, segundos, horas... Ya lo conté el otro día. Sí, cuando hablé de los puntos suspensivos, ¿recordáis?

Hoy me he levantado pensando en ella. Está por todas partes y está en ninguna. Hay momentos en los que ves una sonrisa y se contagia. Durante ese momento se activa algo que te regala un sentimiento. Pero es verdad que desaparece y seguimos caminando por esta vida que muy a menudo nos supera. Porque trabajamos para sobrevivir, trabajamos (en estos tiempos), para buscar trabajo, trabajamos para que la vida se pase rápido y lleguen las vacaciones. Unas vacaciones que pasan volando, que nos dejan un sabor a disfrute,  que se plasma en fotos que no volveremos a ver años. Y mientras trabajamos, la vida se nos pasa y un buen día te das cuenta de que no recuerdas tu juventud. Yo he bloqueado muchísimas entradas de mi vida. Supongo que no quiero revivirlas, pero forman parte de mi y de alguna manera me han enseñado algo... Pero me niego a traerlas de vuelta; puede que mañana  lo haga y sea capaz de recordar lo que me hicieron sentir.

Me gustaría haceros sentir bien mientras leéis esto. Sería completamente dichoso si supiese vuestras tristezas, esas que os impiden guiñarle un ojo a la felicidad que siempre os acompaña, que siempre se mantiene alerta, que os manda señales que a menudo dejáis pasar. Mientras tanto estáis leyendo esto y nada más importa. Sed conscientes de cada palabra. Mirad las letras. Esas que tienen vida propia. Cada una es un milagro. Cada letra se agrupa con otras y se carga de significado. Es un milagro. Junto cuatro letras y me sale AMOR y todos sentís algo. Sobresale del párrafo. La miráis entre suspiros y la dibujáis de nuevo: AMOR.  Es el poder de las palabras. Y esas palabras, si se eligen bien, pueden traer FELICIDAD. Miradla, perdeos por sus curvas, las cavernas de sus lineas: FELICIDAD.  Incluso os diría que podéis meditar con los ojos abiertos. ¿Lo habéis intentado alguna vez? Seguro que sí... Lo hacéis constantemente sin saber siquiera que está pasando... Es soñar despiertos... Es la magia de los deseos, de los sueños... Vamos a hacerlo... Tomad aire... Despacio, muy despacio.. Seguidme.. seguid mis palabras... Sentid el aire como entra por la nariz, como desciende lentamente... Tiene volumen, va nutriendo mientras acaricia vuestro interior... Ni siquiera tenemos que dar nombre a las partes que recorre.. porque son nuestras, porque están ahí y las conocemos, las identificamos.. El aire explota dentro de nosotros y pide salir... Pide expulsar aquello que nos hace daño.. y lo dejamos salir.... Nuestra boca se abre y lanza lo que el cuerpo no desea... Quizás sean preocupaciones, puede que incluso la tristeza en si... Y seguimos leyendo estas palabras... Puede que hayáis puesto música... Una música suave que acompaña mis palabras... Si no es así, imaginadla... Nuestra mente tiene todas las notas, todas las melodías, esas que nadie más podrá escuchar, esas que son el complemento perfecto a nuestra sanación interior... Y sin daros cuenta, estáis meditando despiertos... Seguís respirando y los problemas se enfadan... No les estamos haciendo caso... Se alteran y dan un portazo... Pero no lo oímos.. NO nos preocupamos por ellos.. porque estamos en otro momento... Luego nos reuniremos con ellos... Puede que con una sonrisa y aunque no lo entiendan, sabrán que algo ha cambiado, que ya no tienen tanta fuerza, que tienen solución, que esos mismos problemas sufren y desean volar para siempre... Puede que sean problemas muy graves, pero esos mismos problemas tienen la solución a su libertad... Lo malo es que nos negamos a verla... Hay personas que se encariñan con los problemas, con la tristeza, con la melancolía... A mi me ha pasado... te encariñas con ella y acaricias sus lágrimas. Te sientes tan dulcemente mal que no sabes salir de ahí, porque salir de ahí significa pelear, pelear y dejar que ese problema vuele, vuele para siempre y tengas que afrontar la verdadera realidad, esa que te espera y que es tu finalidad en esta vida... Porque todos tenemos una. Venimos tatuados con ella. A veces es fácil de ver y otras casi imposible. Pero todos la tenemos. No os sintáis mal de reconocerla. No os sintáis mal de afrontar los miedos. Porque ahí está la base de la felicidad, esa que se alimenta de tristeza suavemente.

Y seguimos meditando despiertos. Sabéis que esto va a acabar, todo dura lo que deseamos que dure. Aún con los ojos abiertos, podéis volar donde deseéis. ¿Sois capaces de sentir las imágenes? ¿Podéis escuchar las melodías, los sonidos de ese bosque que añoráis, el murmullo del mar en el que seguramente volvisteis a nacer? No hace falta cerrar los ojos para sentir. Los sueños se alimentan igualmente de vida y la vida es lo más preciado que tenemos. No hay nada más. Todos tenemos problemas. Muchos. Dinero, trabajo, enfermedad. Todos tenemos derecho a sentirnos desgraciados. Todos podemos sentir que nuestra desgracia es la peor del mundo... Pero si miramos a nuestro alrededor, veremos que hay muchas desgracias que se podrían compartir... Sé que es imposible ayudar a todo el mundo. Sé que es imposible arreglar lo que otros han roto y están rompiendo. Pero a lo mejor día a día te encuentras con personas que tan sólo piden un gesto. Una sonrisa, una palabra, incluso una mirada que les haga sentir que están vivos, que no son invisibles, que son parte de este mundo que nos quieren arrebatar...  En nuestras manos está el ser felices, como digo siempre, durante segundos... Pero esos segundos nos dan fuerza para conseguir unos poquitos más... Porque la felicidad no tiene gimnasios, pero se puede ejercitar, se DEBE ejercitar. Si la reconoces un par de veces al día, sabrás que está ahí y ella te reconocerá a ti. Es tan fácil como mirar a la persona que tienes al lado y pensar cuan afortunado o afortunada eres. Es tan fácil como mirar un árbol por la calle y ser consciente del viento que mece sus hojas. Fundirte con ese momento y olvidarte del mundo. Darte cuenta del AHORA ese del que eres, somos tan afortunados. Porque algún día nos iremos. No tengo ni idea de dónde. Cada uno le da una explicación. Hay personas que hablan de paraísos, de luces, de energías, de reencuentros... Yo, si os soy sincero, no sé lo que espero. Depende del día. Hay momentos en los que pienso que nos espera un universo paralelo en el que retomaremos aquello que llevamos siglos retomando; otros en los que decido que no hay nada más y que nos esfumamos en el viento ese que mece las hojas para que otras personas sean conscientes de su AHORA; otras en las que los escalofríos me traen guiños de todas las personas que no están ya conmigo pero me acompañan en el día a día.... Pero nos iremos... Nos iremos para siempre, para nunca... y hasta ese momento deberemos sentir la vida, porque si la dejamos que fluya sin hacerle caso, nos devolverá tristeza y abandono... Seguid meditando, seguid respirando, seguid sintiendo lo que tenéis a vuestro alrededor... Yo me voy, entre puntos suspensivos, esos que os dan un segundo de FELICIDAD. Me marcho y os dejo las palabras. Juntad vuestras letras y dadle significado, porque AHORA mismo no hay problemas... luego los vemos y nos tomamos un café con ellos. Luego les preguntáremos qué buscan de nosotros, qué nos quieren enseñar. Porque todos traen un regalo y si conseguimos verlo, seremos capaces de seguir adelante.

FELIZ DÍA, FELIZ AHORA...

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