DESINTOXICARSE...




Hay momentos en tu vida en los que ves que te has rodeado de gente tóxica. Gente que, aunque te duela, debes de decirles adiós con todo el respeto posible y seguir adelante. Y no nos tenemos que sentir mal por ello, porque son pequeños lastres que nos impiden continuar. Hay que hacerlo y  yo lo voy haciendo aunque me duela, lo voy haciendo porque la inercia es amiga del dolor y la destrucción. 

Son cosas que vas aprendiendo a base de desilusiones, traiciones o, sencillamente, una energía que te echa para atrás. Esa gente es la que cuando te marchas habla a tus espaldas y lanza veneno por tu decisión. Un veneno que nada tiene que ver por tu partida y sí mucho por su ego, su amor propio, su orgullo. Es entonces cuando te das más cuenta de que te no te has equivocado y que debías marchar. Son esas pequeñas frases que de repente te asaltan y te dan la solución... Frases que tatúan tu mente y que piensas que esa conexión que tienes con universos paralelos te ha regalado:


Porque hay personas a las que les tienes más cariño
cuanto menos las ves o sabes de ellas...

Y eso... es así...


Os reconozco que es una limpieza que te hace sentir bien, igual que limpias tu casa de basura que no te hace falta, recuerdos que tan sólo te anclan a un pasado que ya no está, un pasado que pudo ser doloroso, un pasado que ya no es HOY. Esa limpieza te habla de evolución, de cosas que no pueden ser por más que nos obliguemos, de amores tóxicos que intentan llenarte de su dolor y esa mochila que aún no han sabido aceptar y tratar. Y como toda ruptura es dañina, porque duele darte cuenta de que esas personas han estado en tu vida con el único fin de absorber tu energía, de intentar arrastrarte a su pozo o culparte por sus errores. Es doloroso pero sales adelante siempre con respeto. Porque el que te alejes no quiere decir que desaparezcas. Puede que esas personas sean amigos o familiares  y en un momento de tu vida has sentido cariño, un cariño para ti puro aunque la otra parte se haya aprovechado de tu debilidad. Entonces puede que no quieras desaparecer para siempre porque queda cariño, un cariño cargado de respeto, un cariño que no puedes negar a nadie aunque decidas que no puede estar ahí en la medida que la otra parte necesita. Puede que hablemos de parejas que tienen que marchar, que tenemos que dejar marchar o ser nosotros los que necesitamos huir en busca de nuestra verdadera razón existencial. 

Y yo lo hago, lo estoy haciendo y lo he hecho incluso sin darme cuenta. Bien es verdad que nunca voy a negar mi ayuda y de hecho es lo que intento hacer cada día. Que escucho, empatizo e intento de dar consejos con toda la humildad de la que soy capaz. Pero para poder hacer eso tengo que limpiarme y cada año que pasa me enseña que hay un momento en la vida en la que tienes que decidir con quién quieres pasarla. Que llega un momento en el que tienes que dejar ir, aunque se vayan con insultos y reproches. Aunque no comprendan lo que intento decirles. Y no he de ser presuntuoso porque puede que yo sea tóxico para muchas otras personas y estas decidan hacer lo propio conmigo. Debo de aprender de lo que intento transmitir y ponerlo en práctica porque es la única manera de ser fiel a mis creencias.

Y me voy. Me voy en silencio y pido perdón por si aquellos y aquellas que se quedan en recuerdos no pueden captar la razón por la que hago. Pido perdón y les deseo lo mejor en esta vida... sabiendo que sigo aquí, que es una cuestión de supervivencia emocional. Que es una cuestión de reconocer a aquellos que van a estar a partir de ahora. Pido perdón y les aseguro que no hay odios, ni enfados y  sí pena por lo que no ha podido ser.

Me voy sin mirar atrás y mirando siempre adelante. Sabiendo que es lo que tengo que hacer por mi, por ellos... por ellas...  y puede que sea un hasta luego, puede que volváis a ser esos libros que permaneceréis en la estantería y me recordaréis los buenos, los malos momentos. Libros que se llenarán de polvo y quizás olvide. Libros repletos de páginas o que se quedaron en el prólogo. Me voy para vivir  e intentar ser feliz... y en ese camino hablaré de mi experiencia y puede que alguien me escuche y decida que lo que hago tampoco está tan mal...

Hasta siempre...

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