UN FUTURO DE SUEÑOS...
¿Qué está pasando...? Se va Carrie Fisher y al día siguiente su madre Debbie Reynolds... Dicen que el año 2016 es un año de cierre de asuntos, de cambios absolutos. La numerología habla de que el 2017 es el año de los principios. Pero toda esa gente se va quedando atrás. Son famosos que hemos hecho parte nuestra pero hay otra mucha gente anónima (mal utilizado el término pues son personas con nombre, nunca me ha gustado esta palabra) que se ha marchado este año igualmente. Yo también he tenido mi propia muerte y renacimiento en Madrid. Y no sé donde acabaré. No sé cuantas veces tendré esa "muerte" en vida para empezar de nuevo donde me lleve el camino que he elegido sin dudar un momento.
Se va gente con talento, se marcha gente que de alguna manera son parte de mi vida:
David Bowie, Prince, George Michael, Carrie Fisher, Chus Lampreave, Umberto Eco, Leonard Cohen y ahora Debbie Reynolds...
Dentro de mi siento un cambio. Un renacimiento que aún no puedo descifrar. Habla de amor y de esperanza. Un amor diferente. Porque el amor ha cambiado. Lo han cambiado, lo hemos cambiado llenándolo de redes sociales. Un amor con GPS, un amor con un "hola" y un "adiós". Siento miedo a mi alrededor a sentir, a romper corazas, a dejarse amar sin temores. Y todo el amor que guardo se hace más pequeñito y me pide caricias.
Y hay personas que se bajan de este tío vivo que es la vida y marchan a otros lugares que desconocemos, que incluso dudamos si existen.
Y hoy intento soñar con una melancolía que sabe a finales de año. A cierre de una vida y comienzo de otra. Hoy intento soñar lanzando un deseo para quien lo quiera agarrar. Un deseo que puede que se pierda en el tiempo, que se quede suspendido para siempre.
Y me despido de todos esos que me regalaron un pedacito de su arte y compartieron sueños. Adiós David, Prince, George, Carrie, Chus, Umberto, Leonard, Debbie... Os guardaré en el año que viene y si eso os lo voy contando cuando mis dedos deseen tatuarse con nuevas palabras.
Mientras tanto me lleno de suspiros melancólicos y me dejo llevar por la tristeza. Esa que es tan necesaria. Esa que alimentará los momentos de alegría que están por llegar... y puede que algún día... se transformen en ese deseado Príncipe Azul...
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