NOS ESTAMOS VOLVIENDO LOCOS...





Pues sí... Nos estamos volviendo locos... No es que vaya a hacer lo que se espera que haga. ¿El qué? Pues empezar a hablar de que cuando yo era pequeño las cosas eran más sencillas y no existía esta presión humana que siento cada día. ¿Por qué no? Pues porque existía a su manera. Las cosas no eran sencillas y debíamos pelear por un futuro que se nos presentaba negro. Eran los ochenta. La movida. El cambio. Lo recuerdo con cariño y con algo de dolor también. Ya no sé a qué año me debo de ir para recordar las redadas en la zona de copas. Me veo o ya casi me imagino, corriendo entre aquellos pobres coches aparcados que recibían los embistes de nuestras huídas desesperadas hacia escondites imaginarios donde la policía no nos encontrase. Dicho así, parece que estuviésemos escapando de un pelotón de fusilamiento que daría fin a nuestros días de asesinatos múltiples. Pues no, era el botellón de la época. La reunión de adolescentes quinceañeros que tan sólo deseaban saborear el líquido prohibido mientras llenaba la calle de gritos y juventud. Hoy en día si oigo algo de jaleo en la calle, me visto de señora mayor con todos los complementos de manual y grito "Que no son horas...!", y me quedo tan ancho... (esto espero que lo toméis por lo que es... una broma de merienda cena que me apetece hacer.. aunque muchas veces sí que me quedo con las ganas de  tirar unos huevos a la calle y esconderme rápidamente para no ser descubierto.., pero como en casa sólo comemos huevos de gallinas felices, pues me niego a malgastarlos así como así..).

Total, que como siempre me voy por los cerros de Úbeda que aunque no he estado deben de ser la leche, pues tengo que centrarme y explicar la razón por la que os cuento esto. Hace un rato he recibido el correo de una amiga médico naturista en el que me invitaba a firmar contra la idea que tiene Bruselas de prohibir los remedios naturales. Y así, de sopetón, he pensado: "Nos estamos volviendo locos...". Vale, no es muy original, pero es lo que me ha venido con letras de neón y trompetas de juicio final.  Y es lo bueno que tiene el blog, que me siento inmediatamente y grito aquí (en minúsculas y con educación, que conste). Antes de nada me he paseado por twitter y facebook y he lanzado un grito de ayuda a todos esos seguidores que tan fieles son y que transmitirán este grito de auxilio sin ninguna duda.

Me centro, me centro. El correo en cuestión era un video de unos cinco minutos o así en el que me explicaban claramente la razón por la que no interesa que nos curemos con remedios naturales. No tenemos que pensar mucho, a que no... Yo soy un claro defensor de la vida natural y lo soy mucho más desde hace un año... casi casi exacto. Hace un año me pasó algo que hizo que mi vida cambiase totalmente y que algún día igual cuento. No os preocupéis. Estoy bien. Estoy muy bien, pero hay circunstancias, golpes de la vida que te hacen parar un momento y decir: "Oye, ¿qué estoy haciendo mal? Se supone que vivir significa vivir, ¿no? Entonces, ¿por qué me olvido de mi cuerpo que es el que me va a permitir vivir?"  Y sí, nos olvidamos de que tan sólo tenemos eso, nuestro cuerpo. Y lo machacamos, lo maltratamos, lo llenamos de sustancias que no son nada buenas, químicos que los anuncios maquillan con recipientes coloridos y modelos ultra convincentes. Y venga, al torrente sanguíneo... Nos convencen de que si no tomas esto te vas a quedar sin calcio, que si no tomas esto no vas a volver a ir al baño el la vida, que si te olvidas de comprar este producto tus arterias se van a colapsar y el ataque al corazón te lo llevas de regalo. Pero, claro, nos pringamos de cremas antiarrugas, maquillajes que ocultan malas caras, cremas anticelulíticas para obviar un problema real y dejamos de lado lo de dentro, vamos, lo que no vemos. Nuestro hígado chilla, nuestros pulmones se encogen, los intestinos gritan de terror, el corazón emula los tambores de Calanda... Pero eso sí, tenemos un cutis sonrosado, una mirada radiante a base de colirios, una dentadura blanca con dentífricos que disuelven nuestro esmalte y seguimos adelante. Si, porque lo importante es el exterior, ¿no? Eso es lo que yo veo últimamente por ahí. Lo importante es la musculatura, unos buenos tatuajes y una tableta de chocolate que mostrar cuando eres presentado... hola, me llamo Rafa y mira... 

Pues, volviendo a mi incidente de hace un año, eso me hizo mirar más mi interior. Siempre he sido muy espiritual. Me he preocupado de alimentar mi interior con meditaciones, grupos de abrazos y sonrisas (que a veces me daban miedo pero salía renovado) y todo lo que me llevase derechito a la eterna pregunta "¿qué hago aquí?".  ¿La respuesta? Bueno, creo que casi la tengo y quizás, algún día, os la cuente. Así que hablé con mi cuerpo y vi que me pedía ayuda. Que tenía que cuidarlo, alimentarlo bien, volcarme de una vez en la comida natural, sin pesticidas, sin químicos... En esto me ayudó mucho la médico que os comento. Me asesoró en ese camino y vi lo carísimo que es dicho camino. Se me escuchó decir hasta el aburrimiento mi máxima "Qué caro es no envenenarte", pero seguí adelante, haciendo un esfuerzo, porque la naturaleza es sabia y nos ha puesto los medios para estar bien. Y ahora me cuentan que para reforzar las farmacéuticas hay que acabar con eso... Porque es lo que sacas en claro.

Así que nos estamos volviendo locos. Cuando yo era joven tenía tableta, os lo juro, no es una leyenda urbana, tengo fotos que lo demuestran y no iba al gimnasio, no. Era algo así como natural, tableta de los ochenta. Eso sí, no era nuestra tarjeta de presentación. Esto no viene mucho a cuento, lo sé, pero me apetecía decirlo. Ya vais conociendo mis contínuas disgresiones, pero os gusta, ¿a que sí?

Y es momento de actuar. Os voy a poner el enlace con el video en cuestión... Si no tenéis mucho tiempo de verlo, os pondré también el formulario para firmar. Y si podéis y estáis de acuerdo, pasad la información a vuestros contactos... Quizás, por un mundo más sano, más saludable, menos corrupto.

Empezad a mirar vuestro interior. Si lo cuidais no os harán falta tantas cremas mentirosas que oculten un problema peor...

Este es el enlace del video:


Y queréis ir directamente al formulario y firmar, aquí lo tenéis:


Bueno... ya me he desahogado un poquito, gracias por aguantarlo y sobre todo... Feliz vida...


Comentarios

  1. Precioso escrito y muy cierto, te felicito, y sí, deberíamos de mirar más nuestro interior pues es ahí donde se encuentra la felicidad y no en todo cuanto queremos o anhelamos. Hay mucho de irreal en esta sociedad que nos lleva hacia donde a ellos les interesa y si cambian sus intereses ya se encargan de hacer todo lo posible para cambiar los nuestros y es que, cada ser es de una forma, nuestro cuerpo y nuestra genética son distintas de las de otros, en fin qué decirte...
    Enhorabuena!!!

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  2. Feliz vida para tí, también.

    Un placer leerte, Javier.

    Tu amiga,

    Miércoles (la aparecida, en potencia) XD

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