VAN A RODAR TUITS....




Ha sido la comidilla de la semana y yo he intentado mantenerme al margen. Pero no puedo. Ese espíritu defensor de las causas perdidas me puede. Pero es que algo huele muy mal y lleva oliendo desde hace años. Y voy y hablo de política. Y no quiero hablar pero no me dejan otra opción. Porque me mojo, porque no me importa, porque desde mi más tierna infancia he tenido que defender aquello por lo que creo y sé que he estado muy equivocado pero me gusta escuchar aunque me cierro ante los gritos y los "tú más"...  

Y voy y pienso en que todos deberíamos de ceder de vez en cuando. De que hay villanos y héroes. Y villanos que se creen héroes y viceversa. No hay más. Porque si ves que te arrebatan el poder, ya que es lo único que te importa aunque intentes maquillarlo con abrazos a emigrantes y caras que nunca han roto un plato, te pones en guardia e intentas destrozar a quien sea. Da igual. Seas de derechas o izquierdas. Seas del quinto o del tercero. Lo haces. Porque si ya es difícil ponerse de acuerdo en una reunión de vecinos, ¿cómo no lo va a ser si lo trasladamos a esferas superiores? Pero el poder corrompe y mucho. Es difícil escapar. Y sacas todas tus armas y te vuelves soberbia, soberbio, intentas ser campechano (que se lleva mucho) pero hay personas que aún guardan su detector de mentiras y te reconocen. Te da igual. Eres político... política...  lo llevas en la sangre... Son muchos años en los que has decidido por los demás... por ti...  mayoría absoluta=dictadura del siglo XXI. Y gritas "qué vienen los rojos..." y das rienda suelta al miedo. Un miedo que agarra fácilmente porque tenemos memoria de pez... ¿lo recuerdas... o ya lo has olvidado? Y te crees libre de pecado y tiras la primera piedra... que aunque yo no sea de biblias no niego que dan el clavo muchas veces y son frases que quedan preciosas junto a un mar en bonanza o un amanecer paradisíaco. 

Y me da pena. Pena y rabia. El que nunca nos pongamos de acuerdo. Que las televisiones alimenten el odio una y otra vez. Que les venga de cine para guerras de audiencias y morbo.  Que las conversaciones se llenen de "¡Porque lo digo yo!" y nadie quiera ser convencido. Y de repente se lanzan contra tuits, esas cosas que se escriben a veces sin mucho conocimiento en momentos en los que no sabes de tu futuro. Frases de 140 caracteres que castran contextos y carecen de tono. Pero alguien los encuentra y los usa. Sin mirar siquiera si esa persona ha hecho lo mismo en el pasado. Y te dan ganas de gritarle: "Quien esté libre de todo pecado que tire el primer Tuit"... Porque has decidido que igual estaría bien escribir una Biblia modernizada, una en el que la Virgen María tenía un blog y se comunicaba con el Espíritu Santo a través de Whatsapp...  Una biblia en la que María Magdalena presumía de su perfil en Meeting y algún que otro portal oculto...  En el que incluso algún que otro discípulo de la última cena celebrada en Foster's Hollywood oculta sus tendencias homosexuales y le hace ojitos al agasajado...  ¿Por qué no...? Si la iglesia ya ha escrito sus propias leyes amparados en bulas y dobles morales.... Pero a los dirigentes más rancios les fastidia que la gente reaccione. Les molesta que nos quitemos el chip "Memoria de Pez Versión 2.4" y recordemos lo que nos han hecho. Les molesta que exijamos que igual estaría bien que por un tiempo aquellos que estamos descontentos probemos a ver que pasa, que igual tenemos razón, que puede que los nuestros tienen la solución a nuestro descontento... Pero no lo pueden soportar y buscan donde sea... Y encuentran un cabeza de turco y no se hacen más preguntas. Lanzan la bomba. Y el muchacho en cuestión reconoce su error. Ya no puede demostrar nada porque se nos hace muy fácil el opinar, el hundir, el destrozar. No somos objetivos porque no se lleva. Y el muchacho va y dimite y a la villana le sale el tiro por la "Zapata"... Y ¿qué pasa ahora? Que se ha abierto la veda. Que quizás ellos y ellas que tanto tiene que callar se exponen a recibir la misma moneda... la mejilla que nunca ponen...  y se lanzan a cargar las baterías de máquinas trituradoras de pasado y se les da muy bien. Porque carecen de conciencia. Carecen de humildad. Y me sigue dando pena que no nos pongamos de acuerdo... porque piensas que el poder corrompe y ya no es cosa de derechas e izquierdas, es cosa de ambición, de creerte súperhéroe o heroína... con todo lo que trae consigo la última palabra... Luchas y luchas por ganar. Te da igual a quien destroces... Hablas de limpiar ciudades de indigentes, de pasarte los derechos humanos por el forro de tus perlas... y muchos te aplauden, muchos te siguen... y no se plantean frases de "quién va con un cojo cojea" y cosas así... 

Y yo no me creo ni mejor ni peor... Sólo hablo y me mojo y me busco gente que se pone en contra de mi. Pero opino, pienso y siento. Y no obligo. Porque el mando a distancia de tus dedos me puede borrar en un suspiro. Porque ya somos política quieras o no. Porque quién dice que es apolítico se pone una venda... porque desgraciada o afortunadamente todo es política y yo seguiré peleando por lo que pienso y escuchando lo que no pienso... porque puede que ni me lo haya planteado...

Y sólo pido que no destrocemos a personas, que no sigamos el río de las redes sociales sin antes comprobar a lo que nos lanzamos. Yo no apruebo ciertos chistes, ese dolor no tiene excusa... pero hablo por experiencia propia cuando digo que a mi la comedia me ha ayudado a sobrellevar mucha tristeza, mucho dolor en mi vida, más dolor del que os podéis llegar a imaginar. Que hay risas que se cargan de lágrimas y revolución. Risas que hablan de pelea y lucha. Quien no quiera ver lo que ocultan esas risas, debería de empezar a mirarse, a valorar cuáles son sus sentimientos y si tras esa falsa indignación se ocultan cosas mucho peores y preocupantes...  cosas que dan bastante más miedo... 

¿Nos lo planteamos....? 

Mientras tanto... "Van a rodar Tuits...."

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